Cuando uno piensa en las vacaciones, se ve tumbado en una playa, tostándose al sol. Son pocos los que se paran a pensar en el camino que ha llevado a una persona a tumbarse en esa playa y no en otra, a hospedarse en un hotel determinado o a cenar en el restaurant “X”. Pero por alejada que parezca estar la estampa veraniega de un ordenador, lo cierto es que los viajes suelen empezar frente al teclado. Así, la importancia de estar presente en la comunidad 2.0 traspasa fronteras al convertirse en un factor primordial en la medición de la calidad turística de un lugar.
El informe anual Monitur, con el que cada año Exceltur mide la competitividad turística de las comunidades autónomas españolas, considera la presencia en las redes sociales como uno de los principales factores para medir el primero de los siete pilares sobre los que se sustenta la competitividad turística: “La visión de márketing estratégico y apoyo comercial”. Un ámbito en el que, por cierto, la Comunidad Valenciana lleva la delantera.
La conclusión del estudio parece dejarlo claro: “Las estrategias de marketing tiene que poner su foco en el nuevo cliente final y el impacto sobre él de las nuevas tecnologías. Ninguna acción individual de escala insuficiente o barreras proteccionistas superarán la velocidad de cambio de unos mercados cada día más globales, con clientes cada vez más influenciados por las redes sociales y los nuevos modelos on-line”.
